Windows 8.1 es una actualización para Windows 8, así lo ha hecho saber Microsoft desde el principio.
Para poder actualizar Windows 7 a Windows 8 es preciso disponer de una instalación de Windows 7, debidamente activada y actualizada.
Lo siguiente que necesitamos es, obviamente, la el DVD de Windows, en función del idioma que tengamos y si el sistema a actualizar es de 32 ó 64 bits. Windows 8.1 requiere un mínimo de 8,3 GB libres en el disco duro.
Es importante que tengas presente que la actualización es irreversible. Si luego decides volver a Windows 7, necesitaras instalar el sistema desde cero. También tiene presente que la actualización brinda únicamente la posibilidad de conservar los documentos personales, todos los programas de Windows 7 se pierden. De todos modos, siempre es preferible hacer una copia de seguridad de nuestros archivos por si algo va mal.
Actualizando desde Windows 7 a Windows 8.1
La parte que se ejecuta bajo Windows 7 Con el DVD de Windows 8, navegaremos hasta su directorio raíz y buscaremos el ejecutable setup.exe. Lanzamos entonces el programa.
Como con cualquier otro software que suponga cambios en el equipo, hemos de autorizar su ejecución.
Una vez concedido el permiso, se inicia el asistente para instalar Windows 8.1 . Un logotipo blanco de Windows 8 sobre fondo azul aparecerá en pantalla.
El sistema se
prepara para la instalación, ofreciendo en pantalla el porcentaje de esta fase,
que dura pocos minutos.
Completada esta primera fase, hemos de tomar una decisión: Conectarse
para instalar actualizaciones (opción recomendada) o no hacerlo. La
opción recomendada ha sido la elegida en la prueba.
Antes de pulsar sobre Siguiente,
hay dos puntos más a considerar: si deseamos o no ayudar a Microsoft a mejorar
el sistema de instalación mediante un checkbox opcional y leer
la Declaración de Privacidad.
Ahora la
instalación empleará cierto tiempo buscando las actualizaciones.
Tras descargar las actualizaciones, el asistente de instalación de
Windows 8.1 Release Preview se reinicia.
Ahora el
asistente comprobará la compatibilidad de todos los
dispositivos vinculados al equipo.
Si todo ha ido
bien, es el momento de consignar la clave del producto, recuerde
tener a mano la clave del producto de Windows 8.1.
Una vez que la
clave ha sido validada en los servidores de Microsoft, aparece la pantalla con
los términos de la licencia, que deberemos aceptar si queremos
continuar, marcando siguiente.
Llega el momento de tomar otra decisión: conservar o no nuestros
archivos personales. En la prueba se ha escogido “Nada”.
Ahora el sistema comprobará nuevamente si todo está listo para instalar.
Cuando finaliza esta fase, el asistente muestra un resumen de nuestras
decisiones. Es el último momento en que podemos volver atrás,
mediante el pequeño control de texto “Cambiar selección”.
Tras pulsar sobre Instalar, comienza en sí la transformación
de Windows 7 en Windows 8.1 de aquí a que vuelvas a ver la pantalla de inicio
de Windows 8.1, pueden pasar 20 minutos tranquilamente.
Tras un aviso sobre la necesidad de reiniciar el equipo, el
asistente desaparece y veremos, por última vez, Windows 7 en el equipo. Todos
los archivos necesarios para la instalación de Windows 8.1 se han copiado ya al disco duro. La pantalla “Apagando el
equipo” de Windows 7 aparecerá y se iniciará la secuencia de reinicio.
Entorno Windows 8.1
En el próximo arranque aparecerá el pez de colores característico de las
versiones previas, que tuvimos ocasión de ver en su homónima de Windows 8. El
resto del proceso consiste en Configurar, Preparar dispositivos, una pantalla para
seleccionar la configuración local, y la pantalla de personalización de colores
y asignación del nombre del equipo. En esta parte del proceso el equipo
se reinicia varias veces.
Una vez seleccionados los colores y nombre del equipo, aparece la pantalla
de Configuración, donde podemos optar por una rápida o bien una
personalizada. Mi consejo aquí, tratándose de una versión previa, es optar por
la configuración rápida. No obstante, para un ajuste más fino se puede emplear
la personalizada.
El siguiente paso consiste en la introducción de nuestra cuenta
Microsoft. Si no disponemos de una, se puede crear desde esa misma pantalla
o crear una cuenta local. En la siguiente pantalla deberemos decidir si
usamos o no SkypeDrive. Una vez completados estos dos pasos, el sistema
termina la instalación de forma automática.
Tras varias pantallas en la que se nos muestra en qué punto está el
proceso, finalmente veremos la pantalla de inicio de Windows 8.1. Del
“viejo” Windows 7 sólo queda una carpeta, denominada “Windows.old”, que ocupa
varios GB de espacio y realmente ya no sirve de mucho, salvo que necesites
consultar algo ya se puede eliminar.
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